Director y director ejecutivo son dos de los puestos más importantes en una organización.
El director ejecutivo tiene un papel especial que desempeñar en cualquier organización. No solo administra a las personas, cuida los activos, supervisa la contratación y el despido de empleados, sino que también tiene que desempeñar un papel de liderazgo en el cierre de contratos. Él es el líder de la empresa y debe tener amplios conocimientos y habilidades en una amplia variedad de áreas. Asesora y apoya a los miembros de la junta, supervisa los diseños, la publicidad, la calidad de los productos y servicios, recomienda el presupuesto, etc. El director ejecutivo garantiza que se cumplan todas las normas y reglamentos. Esto no es todo, ya que tiene que preocuparse por la percepción de la compañía ante los ojos del público, por lo que también se entrega a las relaciones públicas.
El director (no ejecutivo), por lo general, tiene menos experiencia y conocimiento que un director ejecutivo. Trae objetividad y conocimiento externo a la junta. Este tipo de director no se involucra con las operaciones y la gestión diaria. Es más bien una figura que se asegura que se respeten las buenas prácticas comerciales y que se cuide el interés de los interesados. Dicho director no es un empleado de la empresa y normalmente trabaja por cuenta propia.
Si bien las responsabilidades legales de los directores no ejecutivos y ejecutivos son similares en naturaleza, existe una diferencia básica entre el rol y el alcance de los dos tipos de directores.