El cuerpo de un corredor experimenta varios cambios a medida que se entrena y compite en carreras de distancia. Estos cambios pueden ser visibles o no visibles, y pueden ser temporales o permanentes.
Uno de los cambios más visibles es la pérdida de peso y la tonificación muscular. El cuerpo se vuelve más delgado y definido debido al aumento de la actividad cardiovascular y el trabajo muscular. Los músculos de las piernas y los glúteos se fortalecen y se tonifican debido al impacto constante del entrenamiento de carrera, lo que puede dar lugar a una apariencia más definida y atlética.
Otro cambio visible es el cambio en la postura y el alineamiento del cuerpo. La carrera puede ayudar a mejorar la postura y el alineamiento del cuerpo, ya que se ejercitan los músculos de la espalda y el torso que ayudan a sostener la postura correcta.
En el interior del cuerpo, los cambios son más significativos, el corazón se vuelve más eficiente, ya que el músculo se adapta al esfuerzo constante y se vuelve más fuerte, con lo que tiene la capacidad de bombear más sangre con cada contracción. los pulmones también se adaptan a la actividad incrementando su capacidad respiratoria.
El sistema cardiovascular se vuelve más eficiente en el transporte de oxígeno y nutrientes a los músculos. Los capilares se expanden y se vuelven más numerosos para mejorar la circulación sanguínea y los intercambios de oxígeno y dióxido de carbono.
Finalmente, el cuerpo puede experimentar cambios hormonales como el aumento en la producción de endorfinas, que ayudan a aliviar el dolor y mejoran el estado de ánimo.
Es importante señalar que todos los cambios mencionados anteriormente son el resultado de un entrenamiento continuo y una dieta adecuada. Es importante asegurarse de tener un plan de entrenamiento adecuado y una dieta equilibrada para obtener los mejores resultados.