El betabel se cosecha cuando alcanza el tamaño deseado y su piel está lisa y firme. Esto suele ocurrir entre los 80 y 120 días después de sembrar las semillas, dependiendo del tipo de betabel y de las condiciones climáticas y del suelo. Algunos cultivares de betabel son más grandes y pueden tardar más en madurar, mientras que otros son más pequeños y maduran más rápidamente. Es importante monitorear el crecimiento del betabel para asegurarse de que se coseche en el momento adecuado. Para determinar si el betabel está listo para ser cosechado, se puede probar la firmeza de la piel con un dedo o probar el sabor de una pequeña muestra. Si la piel está suave o el sabor es amargo, es probable que el betabel aún no esté maduro y necesite más tiempo para madurar.