La albahaca se cosecha cuando sus hojas están maduras y tienen una apariencia saludable. Esto suele ocurrir aproximadamente unos 60 días después de plantar las semillas o trasplantar las plántulas.
Para cosechar la albahaca, se pueden recolectar las hojas individualmente o cortar la planta entera a nivel del suelo. Es importante dejar al menos un par de hojas en la planta para que pueda seguir creciendo y produciendo más hojas.
Se puede cosechar la albahaca durante todo el verano y el otoño, siempre y cuando las temperaturas no sean demasiado altas ni demasiado bajas y la planta tenga suficiente agua y luz solar. Es posible que la albahaca se vuelva amarga si se cosecha durante períodos de sequía o si se expone a temperaturas extremadamente altas.
Es importante tener en cuenta que la albahaca es una planta anual, por lo que suele morir al final del otoño o al comienzo del invierno. Por lo tanto, es posible que tenga que volver a plantarla cada año para seguir obteniendo hojas frescas.