Las células adherentes, como su nombre indica, crecen adheridas a una superficie.
Las células en suspensión crecen en un medio líquido sin adherirse a una superficie.
Además, el crecimiento de las células adherentes se limita solo al área de la superficie del adherente, en cambio, para las células en suspensión, no existe tal restricción. Sin embargo, muchos factores, como la aireación, los constituyentes del medio, la temperatura, el pH, etc., limitan el crecimiento de las células en suspensión.