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Sant Mateu, un rincón encantado enclavado en las profundidades del tiempo, se alza como un testigo viviente de la historia que se ha tejido a lo largo de los siglos. Este apacible municipio medieval, con sus calles estrechas y adoquinadas, y las pintorescas casas de arquitectura regional que las flanquean, nos invita a descubrir los misterios que esconde entre sus paredes centenarias.
Nuestro viaje en el tiempo comienza en la Plaza Mayor de Sant Mateu, el epicentro de la ciudad. Este espacio amplio y porticado, cuyo diseño se remonta al Siglo XIII, fue concebido como el escenario del bullicioso mercado semanal que animaba la vida de la población. Aquí, en uno de sus laterales, se alza la Fuente del Ángel, con sus cuatro caños, una fuente que susurra historias de una tradición que se remonta a tiempos inmemoriales. Al pasear por la plaza, nos encontramos con la encantadora Fuente de la Virgen, cuyas aguas parecen llevar consigo los susurros del pasado.
Destacándose majestuosamente en esta plaza se encuentra el Ayuntamiento, un edificio que data de mediados del Siglo XV y que es conocido cariñosamente como la Cort Nova. Su arquitectura es un reflejo tangible de los episodios que han marcado la historia de Sant Mateu a lo largo de los siglos.
Si nos aventuramos por uno de los laterales de la Plaza Mayor, nos adentramos en el Callejón de los Judíos, un tramo medieval que en su día formaba parte de la «aljama». A su lado, el imponente Palau Borrull, un edificio que ha resistido el paso del tiempo desde el Siglo XV y que hoy alberga un museo, nos desvela la riqueza histórica y cultural de este hermoso pueblo.
A escasos pasos de la Plaza Mayor, se erige el monumento más emblemático de Sant Mateu: la iglesia arciprestal. Esta majestuosa iglesia, cuya construcción se extendió a lo largo de los siglos XIII y XVI, es un ejemplo sobrecogedor de la arquitectura gótica valenciana. Su portada principal, de estilo románico, y su impresionante torre campanario octogonal, se alzan como guardianes silenciosos de la espiritualidad y la historia de la región.
Aunque desde el acceso a la Plaza Mayor, la iglesia pueda parecer modesta en tamaño, su interior es un tesoro de arte sacro que refleja la profunda devoción de las generaciones de habitantes de Sant Mateu a lo largo de la historia.
Sant Mateu es mucho más que una encantadora población medieval; es un tesoro impregnado de historia y significado. Algunos lo consideran la capital histórica del Maestrazgo de Castellón, un honor merecido por su importancia como refugio del último líder cátaro y como escenario donde se zanjó el Cisma de Occidente con la renuncia del Papa Luna.
Además de su riqueza histórica, Sant Mateu está bendecido por su ubicación geográfica, rodeado por los ríos Benifarguell y Palacio, cuyas aguas riegan las tierras circundantes y contribuyen a la belleza natural que enmarca este pueblo medieval. Un paseo por Sant Mateu es un viaje al pasado, un encuentro con la historia, la cultura y la belleza que convierten a esta joya del Maestrazgo de Castellón en un tesoro atemporal que merece ser descubierto y apreciado.