Un CEO o director ejecutivo es el puesto más alto en la escala corporativa, lleva a cabo la tarea crucial de administrar la organización. Normalmente, reportando directamente a la junta directiva, un CEO también está encargado de llevar a la organización a su máximo potencial. Dependiendo de la estructura organizativa, un CEO también puede llevar el título de director ejecutivo e incluso presidente.
En los grandes conglomerados, es posible que un CEO supervise a varios presidentes a cargo de diferentes negocios. Hay CEOs que integran políticas críticas para las operaciones diarias de la compañía según lo dicta la junta directiva. Tampoco es inusual que un CEO esté a la vanguardia del desarrollo de estrategias y decisiones de alto nivel que garanticen la longevidad de la empresa.
Un presidente puede ser el líder de una empresa, una organización, una institución benéfica, un club, una universidad o cualquier tipo de grupo. En relación con la configuración de la organización, el presidente supera a todos los funcionarios corporativos titulados, como los vicepresidentes. También hay casos en los que el presidente corporativo es también el presidente general. La dinámica entre él y el CEO depende únicamente de la estructura de la organización.
Hay corporaciones donde el presidente funciona para garantizar que las políticas elaboradas por la junta, o incluso por el CEO, se ejecuten por parte de todos los gerentes y jefes de departamento. Aquí, es responsabilidad del presidente que todos los departamentos de la corporación (recursos humanos, contabilidad, etc.) funcionen como una máquina bien engrasada.
La principal diferencia se reducirá a cómo se estableció la estructura corporativa y de dónde proviene la autorización del poder. Sin embargo, un CEO puede ser más poderoso y poseer una autoridad de mayor alcance que un presidente, independientemente de la estructura organizativa y la fuente de autoridad.
Las responsabilidades de un CEO están bajo el mandato directo de la junta directiva u otra forma de autoridad legal. Por otro lado, la autoridad de un presidente está dirigida por los estatutos de la organización.
Un CEO informa y asesora a la junta mientras que un presidente solo puede hacer recomendaciones, aunque algunos ejercen poderes de ejecución solo si los estatutos de la organización lo permiten. Un CEO generalmente es un ejecutor y está directamente involucrado en la toma de decisiones y estrategias de alto nivel.
También es común que un presidente sea el dueño de la organización, a diferencia de los CEO que probablemente no lo sean.